#1
22
Es bueno oler a las mujeres. Oler a las madres y a las hijas. Olerlas cuando bajan del autobús, cuando esperan, cuando aún no se han peinado. Cuando de malhumor recogen todas las sábanas de golpe y se sienten la gran miseria del día, mandan a alguien por jabón o cebollas y se toman una copa. Es bueno oler de vez en cuando a la santa, oportunamente a la puta, valientemente a la propia. Hay que oler la habitación cuando se viste, oler las abejas y el café cuando se ha ido. Oler el canto de la puerta, el aserrín. Las hojas de rasurar, los mecanismos del paraguas, el anillo olvidado, el periódico tibio. Hay que olerlas cuando se mueven. Olerlas profundamente cuando se retiran. Oler los gajos de la piedra, oler la sopa y la nuez cuando se asustan. Hay que oler sin miedo sus bolsillos, oler su respiración y su vacío, su mar y su pesca. Es bueno oler a las mujeres y decir: esto es polvo, esto es cera, esto es pasto.
#2
Desnudo, Calle Fitzroy
(sobre un cuadro de Mathew Smith)
La mujer de Calle Fitzroy
sigue con la mirada
a las migas de pan
que caen de la mesa.
No sabe maquillarse.
Intenta recordar el orden
en que deberá volver a vestirse
si no llueve
si el viento logra saltar a la otra ventana
si el mantel no se enreda en la miseria
como es de esperar.
La mujer de Calle Fitzroy
tiene sangre en el costado
un brazo roto
y lleva medias azules.
Decide quedarse desnuda un poco más.
Sabia mujer de Calle Fitzroy.
Vestirte ahora sería
como poner vendajes
a la pintura fresca.
#3
Membresía
La mujer al otro lado del teléfono
y que me dice
don Alfredo la razón de mi llamada
es comunicarle nuestro interés
en que usted se convierta en usuario
de la tarjeta platinum
que la garantizaría trato preferencial
en 700 hoteles alrededor del mundo
y descuentos en nuestro bar Los Azulejos
piscina don Alfredo noches gratis
triaga a sus amigos
se trata de algo exclusivo
sólo para hombres de negocios
renacuajos a los que les ha ido bien
no sabe que soy pobre
mal jugador de cartas
y que bebo más que el pavo de nochebuena
no sabe que tengo amigos peligrosos
tripulaciones de tanques
fumadores de amplio currículum
billaristas de línea gruesa
apóstoles de concha dura
no sabe que prefiero
el ron Carta de Oro al bádminton
la terracota al casimir
el hielo artificial a las perlas cultivadas
El Cuarteto de Alejandría al Times
la mujer que desayuna
a la modelo
no sabe con qué frecuencia enviudo
y abro nueces de castilla
y aterrizo papalotes
y retiro el anzuelo de la boca de las nubes.
La mujer del otro lado del teléfono espera
le prometí hacer un balance.
No sabe con qué frecuencia
pido prestado duermo
canto me aseo
tomo vacaciones
o voy a otra pata de una mesa a llorar.
#4
Envidio la labor del cantinero
Envidio la labor del cantinero
pues nadie se pasa tanto como él
arrestado en la memoria
despierto entre los odios.
Para él cada borracho
es un baúl abierto a golpes
para él no somos más
que un rebaño de ovejas enmascaradas
capaces de todo.
El cantinero camina por donde han fondeado
nuestras lápidas
nos permite besar su crucifijo de vidrio
traga sin masticar el temor de envenenarnos
posiblemente reza
para que no muramos en el exilio de su arte
para que no sequemos el corazón de su bodega.
El cantinero nos hace sentir felices
en el hospicio del mundo y de la lluvia
para al final llevarnos
a la fosa común de su desprecio.
#5
El mutilado
Recordando a Gabriel Ferrater
III
Algunas veces el corazón
se siente igual
que un clavo suelto bajo la alfombra
bajo un tapete
que ya no sujeta nada
y sin embargo
sigue ahí.
#6
Viñeta mística
Dios
por qué nunca permitiste
que le fallara el truco a
aquel en el que dando vueltas
como novia de pueblo
se sacaba su traje de calle
para quedar en su traje de heroína:
corona
pantaloncito azul
corpiño rojo
incontables milagros
pero santa, jamás.
Por qué nunca fue posible
verla con algo de menos
o con todo de menos
Dios
nuestros callejones deparaban cualquier cosa
pero nunca un striptease semejante.
Nuestras oraciones
iban muy en serio
y muchas de ellas tenían este conmovedor final:
… y por todo esto Señor,
permítenos ver a esa amazona
en un antipatriótico desnudo, así sea…
Valga decir
que esta aburrida tribu de mirones
ya se ha cansado de esperar.
Y Dios
nos hacemos viejos
nuestros hábitos empeoran.
Pero aún nuestros ojos cuentan
con lo que tu ley nos niega
a toda costa.
#7
Corazón o residencia de invierno
Así como la oscuridad
conoce el agua
entra en el agua y ya o sale
el corazón se quedará para siempre
en el pecho
como una balsa atrapada por el hielo.
#8
Oficio letal
El mago sabe que su número
no tiene importancia
que lo bueno viene con los tigres
los puñales la adivinación
los sombreros boca arriba
y las balas humanas.
Aún así sale a la arena
acaba su acto
y vuelve a su remolque.
Esa misma noche va a dar a la calle.
Para algunos su número se está cayendo a pedazos.
Para otros tan solo
debería también intentar algo con su estufa
o con la poesía
y contar con que los mejores magos
están muertos.
#9
13
¿Qué gano yo con quererte? ¿Qué ganás vos con arrebatarme los poemas para no leer más que las cifras y los encabezados? Para casi leerme todo como soy, como flaqueo. Me pregunto mucho más y con mejores palabras. Con intriga, con ocio, con detalle, me pregunto qué pierdo si dejo ir el mes, el año, el mundo entero sin indiscreciones. Y es que el amor igual da tanto miedo como la ducha, como extraviar una moneda decisiva. Sé que ando mal en kilos y en caricias. Todo me gana por diferencias humillantes. Me gana el autobús, el clima y la mala memoria. El sabor de las fresas, las cortinas y los gatos.
#10
Tríptico del Avistamiento
A osvaldo Sauma
Qué bueno es gritar
tierra
mujer
cantina
habitación en renta
cuando el ojo está por convertirse
en un lloroso patinador
en cera fundida sobre el ala del sombrero
o en una campana inmóvil
que tomarán los pájaros.
[Perro Azul-2001-2005, Arboleda-2007, Andrómeda-2006]
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